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Testimonio de Miguel tras su paso por la Escuela

Foto de MiguelBuenos días, mi nombre es Miguel Resino Cebrián y soy uno de los adolescentes que he participado en la escuela de afrontamiento.

Me gustaría contaros mi experiencia. En el mes de febrero el Dr. Martínez me realizó una cirugía para mejorar mi marcha, ya que, al nacer prematuro me ha quedado un daño cerebral que afecta a mis músculos provocando espasticidad. Después de dicha cirugía tuve que hacer una dura rehabilitación que continuó durante el verano. En septiembre me incorporé al instituto sin apenas haber descansado y además tenía que seguir la rehabilitación por las tardes. Os cuento esto porque cuando mis padres me comentaron la posibilidad que tenía de asistir a esta escuela de afrontamiento pues la verdad no me hizo mucha gracia, estaba muy cansado y lo que menos me apetecía era pasar otra tarde entera en el hospital.

¿Qué equivocado estaba! Es cierto que llegaba cansado pero una vez allí lo pasaba muy bien compartiendo mis experiencias junto a mis compañeros, Claudia y Darío. De todos y cada uno de ellos he aprendido algo pero lo más importante ha sido darme cuenta que todos somos unos luchadores y con nuestro trabajo y esfuerzo podremos conseguir todo lo que nos propongamos en un futuro. Es verdad que el camino es difícil y nosotros siempre lo tenemos un poquito más, pero estoy convencido de que finalmente lo conseguiremos.

Por todo ello quería dar las gracias.
– En primer al Dr. Martínez por pensar en mi para realizar el taller.
– A Claudia por todo el esfuerzo dedicado a prepara el grupo y por todo el cariño que nos ha dado
– A Darío por todos los buenos consejos que nos ha dado para afrontar nuestros miedos
– Y sobre todo a mis compañeros, ahora amigos, con los que además de aprender me lo he pasado fenomenal.

Creo que hemos formado un gran grupo y en un futuro podremos ser nosotros los que ayudemos a otros chicos a darse cuenta que podemos conseguir todo lo que nos propongamos aunque el camino no sea fácil todo con esfuerzo se consigue.

Testimonio de Ana Belén tras su paso por la Escuela

Foto de Ana BelénMi nombre es Ana Belén. Soy mamá de Miguel Resino uno de los adolescente que ha participado en la Escuela de Afrontamiento.

Miguel nació a las 27 semanas de gestación y como consecuencia de ello le quedó un daño cerebral que afecta a la espasticidad de sus músculos. A pesar de sus dificultades, desde pequeño ha estado normalizado en todo momento y siempre ha sido un niño feliz al que nada ni nadie le borraba la sonrisa de la cara.
En el mes de febrero el Dr. Martínez le sometió a una cirugía para mejorar la marcha, la cual implicó estar inmovilizado durante casi dos meses por lo que tuvo que dejar de asistir al instituto. Esto, junto con la adolescencia, provocó un cambio radical en el carácter de Miguel. Ya no quería salir con sus amigos, prefería quedarse en casa o salir siempre con nosotros. A pesar de que ahora andaba mejor se le veía mucho más inseguro y con menos ganas de esforzarse y seguir adelante.
En una de las revisiones se lo comentamos al Dr. Martínez y nos habló de la posibilidad de asistir a la Escuela de Afrontamiento. A su padre y a mi nos pareció una buena idea desde el primer momento, así que, a pesar de que Miguel estaba muy cansado decidimos hacer el esfuerzo y asistir a la escuela.

Ha sido una experiencia muy buena en todos los aspectos. A mi cómo madre me ha ayudado a vencer la preocupación que tenía acerca del cambio que estaba experimentando Miguel. Los otros padres contaban las experiencias con sus hijos, también adolescentes, y me hacían ver que todo era un proceso normal que luego volvía a normalizarse por lo que no debía darle mayor importancia. El ver otros casos como el de mi hijo y que los papás te digan que luego todo pasa, siempre es un consuelo. El testimonio y la experiencia personal de Claudia ha sido todo un regalo con vistas al futuro de mi hijo. Además Silvia y Darío, los psicólogos nos han ofrecido recursos para poder enfrentarnos a los miedos de nuestros chicos y los nuestros propios. Pero lo más importante es que esos ratitos en los que compartíamos cada uno nuestras experiencias nos han ido enriqueciendo a todos los niveles haciendo que esa hora se nos quedase corta.

Cuando bajábamos y compartíamos con nuestros hijos lo que habíamos hablado y comentado en nuestra sesión también era muy gratificante porque veíamos cómo ellos eran felices contando sus experiencias y nos sorprendían y emocionaban con su espíritu de lucha y sacrificio. Miguel ha sido feliz compartiendo con sus compañeros todas sus inquietudes, dificultades, alegrías… con ellos, ha vuelto a ser el niño que era, siempre riendo y contento. La experiencia de cada uno de ellos ha hecho que se fuese dando cuenta que no hay que dejar de luchar y esforzarse, como él ha estado haciendo desde que nació.

Espero que esta experiencia pueda volver a repetirse y que podamos ser nosotros los que ayudemos a otros chicos o papás que puedan beneficiarse de nuestra experiencia. Siempre es un consuelo y te reconforta escuchar testimonio de personas que ya han pasado por lo que tú estás pasando en este momento. A mí personalmente me ha servido de mucho.

Muchísimas gracias Claudia por brindarnos esta posibilidad.