Hola!!! hoy voy a escribir sobre algo muy intimo algo quizás demasiado intimo y si sigo pensando seguramente no publique ésta entrada. Así que dejaré de pensar, porque creo que debo escribir esto si es que con esto puedo ayudar alguien la vergüenza que siento merecerá la pena.

Verséis últimamente recibo mil emails y mil llamadas de gente interesada en el proyecto. Hermanos, padres profesionales que están interesados en colaborar. También recibo llamadas de gente que como yo sufren una discapacidad.

Hoy he recibido una de esas llamadas al otro lado de mi móvil. Estaba ella, una chica tres años menor que yo. No era nuestra primera conversación pero si que ha sido la más sincera.

Natalia está enamorada y vive lo mismo que cualquier chica de su edad que se éste planteando su primera vez. ¿Quién no lo ha hecho? Sólo que Natalia tiene miedos «añadidos» ¿será rechazada por sus cicatrices? ¿Le gustará a su chico hacerlo con ella a pesar de su falta de movilidad? ¿Cómo reaccionará él?

Hoy Natalia me ha hecho recordar que yo tuve esos mismos miedos…. Miedos que supere cuando él me beso… Recuerdo esos miedos y esos besos cada uno de ellos borraban mis temores. El deseo con el que me miraba, la dulzura con la que acariciaba mi cuerpo e incluso mis cicatrices. Me hicieron sentir princesa… Su princesa…

Mi cuerpo lejos de ser perfecto está lleno de cicatrices llevo implantada una máquina que deja notar su existencia en forma de «bulto» que deforma lo que sería un vientre plano de esos de anuncio si me permitís la falta de modestia.

Pero no quiero escribir detalles tan íntimos tan solo quiero decir, que el sexo y la discapacidad son temas tabú que debemos empezar a superar!!!!!!!!!

Hoy Natalia me ha preguntado: ¿Y a mí quien me va a querer? Y yo la digo: quien éste destinado a hacerlo.

Seguramente su chico no será «el definitivo» pocas veces el primero es el último. Su primera vez no será la última segura.

Como le he dicho a Natalia ese chico del que os he hablado antes, ese que me hizo sentir princesa ya no está en mi vida. Detrás de ese, vino otro igual que vinieron otros temores, por lo mismo que sé que llegarán otros.

Y ahora pregunto yo ¿Quien no se ha hecho alguna vez la misma pregunta que Natalia? Yo creo que se la han hecho todas las personas alguna vez tengan o no tengan discapacidad.