Hoy me ha llamado Ana, una madre desesperada por una situación
desbordante, llorando me confesaba no saber que hacer, es verdad que
los hijos venimos sin manual de instruciones pero tambien es cierto
quecuando una situación asi (discapacidad) grave llega a la vida no
sólo de una persona sino de una familia alguien debería asistir a los
padres con apoyo psicológico. Algo que no es contemplado en la sanidad
pública.

Y es que no hay mayor error que pensar que el problema sólo reside en
la patología o en el discapacitado. No la discapacidad desequilibra a
la familia por entero es ahí en el nucleo familiar, donde debes
aprender a convivir con la discapacidad y para eso primero tienes que
aprender a asimilar como si de un medicamento se tratará todas las
limitaciones sobrevenidas por la discapacidad.

Es por eso, que en la vida de un niño con discapacidad es importante
la actitud de los padres. Y la actitud será más positiva cuanto más
apoyados se sientan.

Los padres, la otra cara de una moneda de dos cruces. Hoy el llanto de Ana me ha hecho volver a preguntarme ¿Quién cuida de quien nos cuida?