El titulo de la entrada de hoy es lo que me dijo ayer mi padre…
Y tiene razón y yo, no atiendo a ninguna…
Me sigo sintiendo cabreada decepcionada y triste y no lo puedo remediar.
Ayer me puse a llorar de impotencia… Tras todo un día de aguantar un dolor insoportable de intentar hacer caso omiso a este cuerpo que no deja de quejarse tuve que llorar…
El desencadenante de este llanto fue el anuncio de un coche…
El coche, que iba a ser el mío cuando aprobase el examen práctico…
Algo que nunca llegaré hacer porqué no puedo…
Un sueño sin realizar, abandoné la lucha porqué no había posibilidad de hacerse con la victoria.
Fue un abandono “FORZOSO” pero sigo esperando el milagro que permita hacerme con la victoria…
El milagro de que desaparezca este maldito dolor y la necesidad de tomarme mil pastillas para sobre llevarlo.
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde…
Pero hay que asimilar la realidad por mucho que nos cueste y la realidad es que mi padre tiene razón.
Como muy bien dijo: “Comparado con otros males, éste es uno menor”