Está carta es especialmente para tí que me diste la vida y que cuando nací te enteraste de que algo iba mal… Que tenía una discapacidad entonces tus planes de como iba a ser mi vida, se vinieron abajo y en parte tu mundo se desmoronó. La ropita que me ibas a comprar la guardería que ibais a escoger, e incluso ya tenías pensado lo que iba a estudiar ¿verdad?
Pero todo eso se vió desplazado por la urgencia médica de mejorar mi calidad de vida e incluso si me apuras de salvarla…
Tambíen va dirigida a tí que tuviste un hijo que nacíó sin discapacidad pero que la discapacidad le sobrevino en algún momento por algún motivo.
Este mensaje es para vosotros, que sois la otra cara de una moneda de dos cruces, los que sin sufrir la patología vivis igualmente la discapacidad.
A todos los papas y mamas, que nos cuidan, nos apoyan y luchan cada día por nosotros y con nosotros…
A menudo mi email se llena de interrogantes de padres a los que intento contestar siempre claro está desde mi experiencia que no es la misma que va a tener tu hijo o hija aunque puede que tenga algunos matices parecidos.
Hoy, escribo para intentar daros esperanza para deciros que aunque parezca imposible… Es más que posible vuestros hijos pueden ser tan felices o más incluso que cualquier otro… No importa el grado de espasticidad o la discapacidad que tenga, si es de nacimiento o sobrevenido.
Y vosotros, lo mejor que podeis hacer es estar a su lado sin dejar espacio a la autocompasión.
La palabra discapacidad se compone de la palabra CAPACIDAD tenedlo presente SIEMPRE.