Es la 1: 10 de la mañana, el miércoles tengo el primer exámen llevo estudiando unas 10 horas…

De las cuales considero que he aprovechado la mitad… El dolor dispersa mi atención y si a eso se le suma el jet lag pues.

He abandonado el blog desde el miércoles pasado pero sin embargo, la llamada de una joven llorando por que no va poder cursar de manera presencial su carrera debido a su discapacidad, me ha hecho escribir esta entrada…

A lo largo de mi vida he descubierto que no importa la distancia o la forma de los caminos recorridos sino el destino final..
Miradme tengo 22 años y estoy en primero de psicología confieso que a veces muy a menudo me siento fracasada porque el dolor me vence y apenas puedo mantener la atención sostenida…

Pero luego me paro a pensar, miro hacía atrás y digo ¿y qué?…

Acaso me he dado por vencida? NO, y mientras no haya rendición no hay fracaso alguno

La mayor victoría es no rendirse nunca…

Yo hace dos años tuve que escoger un camino diferente y matricularme en psicología en la UNED y eso, que en un principio parecía fruto del conformismo, hoy se ha convertido en una de las mejores decisiones que he tomado.

Dentro de unos años no sé cuantos, seré licenciada de psicología por la UNED y aunque por caminos diferentes y tiempos alargados habré llegado a la meta… Eso, es lo que importa

Y es que eso de que la inteligencia no es más que la capacidad de adaptarse es una verdad como un templo. ¿Qué creeís?

A esa chica que hoy me ha llamado le repito: Tú puedes hacer lo que quieras aunque por vías diferentes» «No sufras por el como y centrate en el para qué».