Ésta es la última entrada antes de irme a N.Y y está inspirada en el email de una madre que viendo superado a su hijo por las circunstancias me pregunta ¿Y cuándo quieres abandonar, qué haces?
Para ser sinceros, yo he querido abandonar mil veces y otras tantas que querré abandonar en el futuro. La flaqueza es sintoma de humanidad y tras mi apariencia de «chica infranqueable» se esconden millones de veces de haber pensado en dejarlo TODO.
Sin embargo, cuando eso sucede me paro a pensar y me doy cuenta que a mi lado hay mucha gente… MIS HERMANOS, MIS AMIGOS, MIS PADRES…
Sí recuerdo todo por lo que he pasado, lo que he conseguido, y sobre todo quien me ha acompañado.
La verdad es que cuando me veo vencida es cuando el dolor va de la mano del insomnio y la mente se me «nubla» y ya no sé ni lo que hago…
Es entonces, cuando enciendo el ordenador y leo tus emails y recobro el aliento, o abro el libro de psicología y recurdo que me apasiona, las palabras de mis profesores Juan Ant. y Encarna siempre en el momento justo…
Es entonces, cuando la voz de mis hermanos, de Dani las risas de Rosa, Marta o Eva resuenan con más fuerza y los consejos de Raúl o de Luis Mi así como el apoyo de Carlos se hace más necesario.
Cuando no tengo fuerzas y quiero abandonar es cuando Sergio y Martinez vienen en rescate con sus tratamientos y su humanidad.
Sí, supongo que esa es mi mejor medicina rodearme de buena gente que me hacen recordar que lo mejor del camino no es recorrerlo sino hacerlo acompañado.