Hoy hace años que me dijeron por primera vez que me querían, lo recuerdo porque estaba vísperas de una operación.

Cosas del destino, que después de años sin vernos a pesar de vivir en el mismo barrio nos hemos cruzado.

Él ha decidido traerme a casa en coche y por el camino ha sacado el “tema” de los cambios, de cómo hemos cambiado…

Yo la verdad de dos años para acá he cambiado más que en toda mi vida.

Casi no tengo tiempo, ni de pensar en mis quehaceres diarios, hay cada vez más reuniones a las que asistir, más correos por contestar, más cursos por realizar, más textos por redactar y menos tiempo para relajarme.

Pero lo cierto es, que gracias a Dios, a la vida y a mi esfuerzo esté consiguiendo lo que una vez me propuse que no es otra cosa que ser feliz.

La verdad es que me ha alegrado encontrarme con él aunque nuestra relación haya cambiado y hayamos perdido contacto el tiempo le dio la razón cuando yo apenas le podía creer y es que mi discapacidad lejos de ser un obstáculo a mi felicidad me ha fortalecido y me ha hecho tener claras las ideas. Especialmente una: “por muy difícil que sean nuestras circunstancias, siempre tenemos la oportunidad de elegir:

  1. Conformarnos con lo que nos ha tocado
  2. Luchar por lo que queremos.

Como he dicho, en más de una ocasión no rendirse es la mayor de las victorias. ¿Estáis de acuerdo?