Human Rights Watch (HRW) afirmó hoy que las mujeres con discapacidad del norte de Uganda experimentan continuamente la discriminación y la violencia sexual y de género, y que muchas de ellas no pueden acceder a servicios básicos como atención sanitaria y judicial, y han sido ignoradas en las iniciativas de reconstrucción posteriores al conflicto entre el Gobierno y los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor.
En un informe de 73 páginas, titulado «Como si no fuéramos seres humanos: Discriminación y violencia contra las mujeres con discapacidad en el norte de Uganda», HRW describe los frecuentes abusos y discriminación que sufren las mujeres y niñas en el norte de este país a manos de extraños, vecinos e incluso familiares.
El informe se basa en entrevistas con 64 mujeres y niñas con discapacidad, algunas provocadas por enfermedades como la polio y otras por heridas de minas terrestres o disparos durante el conflicto que durante dos décadas han mantenido el Gobierno y el Ejército de Resistencia del Señor.
«Uno de los aspectos que no se han contado de la larga guerra en el norte de Uganda y sus consecuencias es el aislamiento, el abandono y el abuso de las mujeres y las niñas con discapacidad,» señaló Shantha Rau Barriga, investigadora de HRW y defensora de los derechos de las personas con discapacidad.
HRW recuerda que, según una encuesta de 2007, cerca del 20% de los ugandeses tienen alguna discapacidad, pero esta tasa es más elevada en el norte del país por las lesiones relacionadas con la guerra y el acceso limitado a tratamientos o vacunas contra las enfermedades.
Las mujeres entrevistadas para el informe subrayaron que no podían adquirir suministros básicos como alimentos, ropa y refugio en los campamentos de desplazados o en sus propias comunidades.
VIOLENCIA SEXUAL
HRW apunta que las mujeres con discapacidad de Uganda son especialmente vulnerables a la violencia sexual o de género. De hecho, más de un tercio de las entrevistadas aseguraron que habían sufrido algún tipo de abuso sexual o físico y ninguna había podido presentar cargos penales o llevar a sus atacantes a los tribunales.
«Es frecuente que no se ofrezca ninguna información sobre salud sexual o reproductiva y el VIH a las mujeres con discapacidad. Sin embargo, tienen una necesidad real de salud sexual y también tienen que estar protegidas de la violencia sexual y poder obtener justicia si son víctimas de abusos», agregó Barriga.
Según el informe, las mujeres con discapacidad son especialmente vulnerables al VIH debido a la pobreza, la dificultad para practicar sexo seguro, la falta de información accesible y la susceptibilidad a la violencia y la violación.
Además, muchas de ellas no tienen a su alcance centros de salud o comisarías de policía, que suelen estar en lugares alejados, o no disponen de intérpretes en lengua de signos, señales en braille o rampas para acceder a edificios.
El informe incluye como recomendaciones que el Gobierno ugandés atienda adecuadamente las necesidades de las mujeres con discapacidad en los planes y programas de desarrollo de posguerra y garantice el acceso de las mujeres con discapacidad a los programas generales del Ejecutivo, especialmente los relacionados con la violencia sexual y de género, la salud reproductiva y el VIH.
Servimedia