- Tratamiento es eficaz y seguro para reducir el riesgo de que los niños prematuros sufran una parálisis cerebral.
Una revisión de la amplia y contradictoria literatura científica acerca del uso del sulfato de magnesio para reducir el riesgo de que los niños prematuros sufran una parálisis cerebral ha confirmado que este tratamiento es eficaz y seguro. Los resultados, que analizan cinco ensayos clínicos en los que participaron más de 6.000 bebés, aparecen en el último número de la ‘Cochrane Library’.
El último estudio que avalaba el uso de este fármaco, utilizado normalmente para evitar la eclampsia, vio la luz el pasado mes de septiembre. Entonces, los datos ya eran prometedores aunque, subrayaba un editorial, quedaban algunas cuestiones por resolver, como los protocolos de uso, las dosis o los casos en los que es conveniente utilizarlo.
La revisión elaborada por la ‘Cochrane‘ no da respuesta a ninguna de estas preguntas. Sin embargo, parece confirmar más allá de toda duda que la administración de sulfato de magnesio es una buena profilaxis para la parálisis cerebral en los partos prematuros, gracias a su acción protectora frente a la hipoxia (falta de oxígeno), según especulan los autores de este trabajo.
En total, seleccionaron cinco estudios en los que se había dado sulfato de magnesio a mujeres en riesgo de parto prematuro (antes de la semana 37). En conjunto, este tratamiento «redujo significativamente el riesgo de parálisis cerebral», apunta la revisión. Para los bebés cuyas madres recibieron el fármaco, el riesgo absoluto de desarrollar esta patología era del 3,4% mientras que aquellos que estuvieron expuestos a un placebo tenían un 5,4%. Esto supone una reducción del 1,7%, similar a la de estudios anteriores.
Observaron también cierto efecto protector frente a las disfunciones motoras pero ninguno sobre la mortalidad, el riesgo de ceguera o sordera. Tampoco encontraron diferencias notables en función de la dosis, el protocolo de administración, la edad de gestación del bebé, etc. En cuanto a los efectos secundarios, se observó un aumento de los problemas asociados con el sulfato de magnesio, como náuseas y vómitos, pero no se detectó ningún problema grave.
Hay evidencias pero hacen falta más estudios
«Ahora hay suficientes evidencias que apoyan la administración de sulfato de magnesio a las mujeres en riesgo de parto prematuro como agente protector contra la parálisis cerebral de los niños», ha señalado el investigador principal, Lex Doyle, del departamento de obstetricia y ginecología de la Universidad de Melbourne (Australia).
La parálisis cerebral infantil (PCI) aparece en dos por cada 1.000 recién nacidos vivos. El término hace referencia a un grupo de incapacidades motoras producidas por un daño en el cerebro que pueden ocurrir antes, durante o después del nacimiento. Dos de los principales factores de riesgo son la prematuridad, especialmente antes de la semana 34 de gestación, y un peso inferior a 1.500 gramos. Ambos están detrás del 17-32% de los casos de PCI.
Los partos múltiples, que suponen el 10% de los prematuros, presentan también una elevada tasa de PCI. Los gemelos tienen siete veces más riesgo de sufrir esta complicación y los trillizos 47 veces más.
«Serán necesarios futuros estudios para aclarar cómo funciona el sulfato de magnesio, quién debe recibir esta medicación y cuál es la mejor forma de administrarlo», concluyen los autores de la revisión.
Fuente:El Mundo/ Salud