La toxina botulínica tipo A es altamente confiable y segura. El comentario lo hizo en Armenia la fisiatra Ángela Arbeláez Soto, aprovechando su presencia en el XXVI Congreso Nacional de Medicina Física y Rehabilitación, que tuvo lugar en el centro metropolitano de convenciones y en el Armenia Hotel.
Ese es un producto de origen biológico, así como las insulinas, vacunas, inmunoglobulinas y biofármacos. Es uno de los productos biológicos más conocidos en el mundo, desarrollado por medio de modernas técnicas de biotecnología y con una estructura molecular de alta complejidad.
Por todo eso, se afirma que los biológicos no pueden ser copiados y las agencias regulatorias de todo el mundo los consideran únicos. Además, su producción exige una serie de evaluaciones referentes a la seguridad y a la eficacia con especial atención en sus efectos clínicos, toxicidad y actividad biológica. Los científicos lo utilizaron por primera vez en 1973 para tratar espasmos musculares permanentes (tics, estrabismo, tortícolis).
La toxina botulínica tipo A es considerada una alternativa segura que mejora la calidad de vida de pacientes con accidente cerebrovascular, ACV. Se utiliza con éxito en pacientes con lesión en el sistema nervioso central y que presentan como síntoma la espasticidad.
Derrame cerebral: Secuelas
El ACV o popularmente conocido como derrame cerebral, es considerado la segunda causa de muerte en el mundo y, muchas veces, cuando las personas logran sobrevivir al trauma, presentan graves consecuencias como limitaciones motoras que, si no se tratan adecuadamente y a tiempo, pueden cambiar completamente el curso de vida de quien la padece, su familia y las personas que los cuidan.
El ACV es la interrupción del flujo normal de sangre al cerebro, provocando un cambio circulatorio en una determinada área, llevando a la muerte del tejido cerebral. Puede ser hemorrágico, cuando ocurre un derrame sanguíneo o isquémico cuando hay falta de sangre. Sus principales causas son la hipertensión, colesterol alto, tabaquismo, estrés, ingesta desmedida de alcohol, sedentarismo, obesidad y antecedentes familiares.
Actualmente, se estima que la tasa de incidencia en América latina es de alrededor de 150 casos por cada 100.000 habitantes y las tasas de mortalidad oscilan entre 10 a 55%.
Esta enfermedad es la principal causa de muerte y discapacidad adquirida en todo el mundo. Cada año se confirman 15 millones de casos nuevos de personas con la enfermedad, de los cuales 5 millones mueren y los otros 5 quedan discapacitadas con complicaciones motoras (50-83%), cognitivas (50%), de habla (23-36%) y con disturbios psicológicos (20%).
Los pacientes pueden perder la fuerza muscular en brazos y piernas y la capacidad de coordinación, desarrollando dolorosas contracturas articulares y alteraciones del tono muscular. Puede presentarse también parálisis parcial o completa (un lado del cuerpo), trastorno visual y de la memoria
La espasticidad
Es una respuesta clínica secundaria a una lesión del sistema nervioso, como el ACV, Los músculos empiezan a endurecerse y las articulaciones de los huesos se vuelven rígidas, haciendo que los pacientes dependan de terceros para realizar actividades cotidianas.
“El efecto de la toxina botulínica en los pacientes es de gran valor terapéutico, es una realidad posible y ha generado una gran expectativa entre quienes la reciben, ya que además de mejorar su movilidad, los ha ayudado a recuperar su actividad física y a rehabilitarse”, dijo la experta. Aconsejó contar siempre con la asesoría de un fisiatra.
Fuente Crónica del QuindIo