Hace mucho que no escribo una de mis reflexiones. Sin embargo, mañana me voy a Marsella con una persona que ha sido clave para mi durante muchos años y que desde hace varios meses esta siendo clave para Convives con Espasticidad. Ella, Alejandra, es técnica de UNIDIS y desde hace poco secretaria de Convives con Espasticidad.
Hace muchos años que nos conocemos y hemos pasado muchas cosas juntas (académicas y personales). Ella fue la primera persona con la que encontré en mi proceso, de «UNEDILIZACIÓN«. Cuando llegué a la UNED estaba muy desanimada porque tuve que hacer la selectividad sin adaptaciones, me quedé sin descansos entre examen y examen y aunque al final saqué buena nota 7.5, sentí que me rendimiento hubiera sido mejor si hubiera contado con las adaptaciones que me correspondía por necesidad y derecho.
Recuerdo que en ese proceso de ingreso a la Universidad me sentía como un ratoncito asustado ¿Qué iba a ser de mi sino me daban las adaptaciones adecuadas durante los años que durase la carrera? Sabía que sin adaptaciones iba a tener que renunciar a la oportunidad de desarrollarme profesionalmente para poder ganarme la vida dignamente y poder independizarse… Está claro que yo no me puedo poner a fregar escaleras… ¿Cómo iba a confiar en ninguna universidad después de la mala experiencia que me tocó vivir?
Y entonces, Alejandra entró en mi vida, le explique la situación telefónicamente y amablemente después de escucharme e intentar tranquilizarme con cariño en cada una de sus palabras me dijo: «¿Cuándo quedamos para explicarte todas las opciones que tienes y ver cuál es la que mejor se adapta a tus necesidades? Antes de colgar dijo: «Claudia, no te preocupes lo de la selectividad fue un error, una excepción. «Desde aquí, nos encargaremos de que puedas cursar sus estudios con las adaptaciones que necesitas. Nos vemos mañana, guapa tranquila». (Y gracias a Alejandra y a todos sus compañeros de UNIDIS, eso son hechos y no sólo palabras)
Al día siguiente cuando nos vimos me quede flipada de todas mis opciones y también cautivada por la pasión con la que Alejandra realiza su trabajo y la amabilidad con que atiende a las personas. En ese preciso momento, supe que Alejandra iba a ser una persona clave para mí, sin duda, en la UNED iba a encontrar los apoyos y adaptaciones que necesitaba.. Lo que nunca imaginé es que Alejandra yo íbamos a llegar a ser tan buenas amigas.Y es que las situaciones hacen que se total generen lazos mucho más allá del plano profesional, está la confianza en las personas, su calidad humana y su manera de actuar.
Estos meses Alejandra, ha resultado ser mi mano derecha en las últimas fases de coordinación de la Guía para personas que conviven con la Espasticidad». Junto con Margot, testimonio de la guía y voluntaria de la entidad, las tres hemos trabajado sin descanso para obtener el mejor resultado posible. Sin ellas dos, todo hubiera sido mucho más difícil…. Y mañana me voy a Marsella, con Alejandra, algo que he de confesar que ilusiona muchísimo porque creo que nos lo merecemos y porque creo que es una magnífica ocasión para celebrar esta nueva etapa de nuestra convivencia con la espasticidad.
Supongo que toda esta parrafada es para darte las gracias Alejandra. Porque tu compromiso no sólo cambian la vida a miles de estudiantes con discapacidad cada día, sino que tu amistad alegra mi vida todos los días. ¡¡Te quiero niña!!
P.D. Si algo he aprendido en esta convivencia con la espasticidad es que lo más importante en esta vida, no es los caminos que recorras sino las compañías que tengas a tu lado. ¡¡Yo soy una afortunada!!