En el primer post hablábamos de la importancia de crear (nuevos) sueños. Hoy, continuamos abriendo otro cajón de nuestra imaginación y sumergiéndonos de lleno, no sólo en la importancia de CREAR nuestros sueños sino, también, de CREER en nuestros sueños. Porque si queremos que nuestros deseos se cumplan tenemos que creer en ellos. ¿Esto es suficiente para hacer nuestros sueños realidad? Afortunadamente no. No basta con creer que algo se hará realidad para que se haga realidad. Tenemos que trabajar para que nuestros sueños se cumplan. Pero si no crees en ellos no te molestes en comenzar el viaje porque vas a encontrar muchísimos motivos para abandonar, y finalmente lo harás. Si por el contrario encuentras la razón para creer en tus sueños ¡adelante! Ese es el primer paso de este viaje. Y lo que hoy empiezas siempre formara parte de ti.
Ahora te invito a soñar con la mejor vida que puedas imaginar. Todas las opciones son válidas: hay quien piensa en ese personaje famoso de televisión, o en el futbolista de gran fama mundial, otras personas quieren ser como la/el directivo de una gran empresa…No importa quién elijas porque no existe la respuesta correcta. En cualquier caso estoy convencido que si has elegido la vida de otro te resultará muy difícil vivirla. Y por tanto te será totalmente imposible vivir esa vida. Querido/a amigo/a, la mejor vida que puedas imaginar es la tuya porque, sencillamente, las demás ya están pilladas. Ninguno de nosotros somos esos personajes . Y no lo somos porque no hemos venido a este mundo a ser simples espectadores de la vida de otros. Tenemos muchas más posibilidades de soñar cuando despertamos y nos damos cuenta que lo verdaderamente importante es lo que cada uno vive.
En el anterior post, me comprometí con vosotros/as a intentar ofrecer una serie de herramientas con las que poder convivir con la discapacidad. Para eso, como comenté, no estaba solo. Era esencial la cocreación de todas y cada una de las personas que convivimos con la discapacidad. Por eso, ahora, avanzamos un poco más: es bueno querer experimentar cambios en la vida, reinventarse, mejorar aquello que no nos agrada o que nos limita para disfrutar y ser felices. Pero algunas personas confunden esto con querer cambiar totalmente de vida e incluso manifestando que solo podrían ser felices si fueran como aquella otra persona o tuvieran una vida similar, por ejemplo, al- exitoso- futbolista.
Nuestra tarea para este post es la de interpretar con sensatez los propósitos que hacemos para cambiar nuestra vida: Insisto; Reinventarse es posible y necesario pero reencarnarse es algo más improbable y arriesgado para que salga bien.
Para convivir con la discapacidad, para luchar por nuestros derechos, para ser respetados, para visibilizar la diversidad, para tener los apoyos necesarios para poder estudiar, trabajar, desarrollarnos como personas… para crear una sociedad inclusiva… para conquistar nuestros sueños tenemos que partir de lo que somos y como somos. Porque cada ser humano es un verdadero ejemplo de diversidad y precisamente eso es lo que nos enriquece. Somos como somos, sí. Pero también es importante que además de ser como somos, nos guste ser así. Nos gusta ser nosotros mismos ¡y debemos ser nosotros/as mismos/as! Como ya hemos dicho, ser otra persona sería imposible.
Por tanto, mostrémonos al mundo. Y aún más importante: percibamos el mundo a través de lo que nosotros y nosotras observamos. Veamos el mundo como somos y no como se empeñan los otros que seamos. No lo olvides: tú eres lo que eres y no lo que los demás quieran que seas. A partir de ahí casi nada parecerá imposible. Seguramente nos enfrentaremos a la vida con muchas incertidumbres pero será la vida que cada uno quiera construir; será nuestra vida.
Para mí, esto es el comienzo de todo. Para buscar nuevas formas de vida inclusivas, nuevos mundos justos y sociales, para plantear la posibilidad de un –planeta- mejor…tenemos que (re)descubrir que lo verdaderamente esencial en la vida de cada persona es que su historia debe ser escrita por uno/a mismo/a. Y probablemente esto sea lo más difícil: sobrevivir en un entorno discriminatorio dirigido, y a veces gobernado, por personas que intentan aniquilar, de distintas maneras, formas de vida –vividas- en igualdad, respeto y diversidad. Pero, os repito, sabemos dónde está el error, conocemos qué hacer y cómo para cambiar la situación: está en nosotros mismos, al fin y al cabo somos lo más valioso que tenemos.
Jesús Muyor Rodríguez
Profesor en el Grado de Trabajo Social de la Universidad de Almería.
Director de Innovación, Comunicación y Desarrollo de FAAM Almería.
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