Siempre se suele decir que nos tenemos que querer a nosotros mismos. Sin embargo, esto no siempre es fácil, todas las personas convivimos con nuestros complejos. Además, en el caso de las personas con espasticidad en muchas ocasiones recibimos mensajes del entorno y de la sociedad que no son positivos, por no ajustamos a los cánones establecidos y funcionar de manera distinta.Pero podemos procurar recordar que una de las mayores cualidades del ser humano es que es diferente y único. Algo que parece obvio, pero que pasa desapercibido muchas veces ante nuestro deseo de encajar en el esquema inexistente de la “normalidad”.
En este artículo, vamos a dar una serie de consejos y trucos para aumentar nuestra autoestima.
Se entiende por autoestima la valoración que tiene una persona sobre sí misma. En esta valoración se incluyen todos los aspectos sobre nosotros (actitudes, pensamientos, formas de actuar, etc.).
Resulta vital tener presente que la autoestima es algo que se va desarrollando a lo largo de la vida. Los mensajes que recibimos de nuestro entorno, especialmente de nuestra familia, sobre todo a edades tempranas, marcan de manera acentuada nuestra autoestima. Ya que es en la niñez cuando empezamos a tener conciencia de nosotros mismos como individuos y a darnos cuenta de que hay personas que nos rechazan y otras que nos aceptan. Esa sensación de aceptación o de rechazo por parte de los demás será determinante en nuestra autoestima. El estilo de crianza también es muy importante. Si conseguimos que nuestros hijos vayan desarrollando desde edades tempranas confianza en sí mismos, sabrán responder adecuadamente a las experiencias de rechazo. Y valorar mucho nuestra aceptación.
La adolescencia es una etapa crucial en la vida de las personas. Durante esta época definimos nuestra identidad. El apoyo social se hace más necesario y pasamos de la dependencia de la familia a la independencia (psicológicamente hablando).
Es evidente entonces que los mensajes recibidos del entorno son importantes. Sin embargo, Independientemente de ellos tenemos que ser conscientes de que nosotros tenemos la “sartén por el mango”. Es decir, si algo no nos gusta de nosotros mismos casi siempre podemos trabajar para modificarlo. Y si esto resulta ser una circunstancia “inamovible” esta en nuestra mano trabajar sobre nuestros pensamientos para cambiar la valoración y sentirnos más a gusto con nosotros mismos. ¡Recuerda, tú eres la persona más importante de tu vida!
Teniendo esto como base, estas son algunas de las pautas que nos pueden ayudar a mejorar nuestra autoestima:
- ¿Cómo suelen ser tus pensamientos o valoración acerca de ti mismo? El darte cuenta de tu autoconcepto, de cómo lo construyes, es un punto de partida para conocer tu autoestima. Escucha y observa el «diálogo interior», los pensamientos que se suceden.
- Acepta la realidad de la que partes. Éste quizás sea uno de los pasos más complicados, sobre todo cuando en muchas ocasiones nos enfrentamos a limitaciones que pueden hacernos dudar de nuestra valía. ¿Pero quién no tiene limitaciones?
- Transforma lo negativo en positivo. Si tienes pensamientos negativos intenta transformarlos en positivos. Por ejemplo, una persona con baja autoestima puede pensar que no es capaz de hacer nada. Esta persona puede «cazar» esos pensamientos cuando llegan y cambiarlos por otros de acierto o éxito, en metas que haya realizado, por pequeñas que sean. En logros que son la base para alcanzar otras metas. En reconocer sus valores y talentos únicos.»Y así, sucesivamente con una serie de pensamientos característicos de las personas que sufren una baja autoestima.
- Confiar en nosotros mismos. Todos tenemos capacidades y cualidades y podemos desarrollar nuestro potencial. Para lograrlo, el primer paso, es ser conscientes de nuestras cualidades.
- Celebrar y ser conscientes de nuestros logros y éxitos.
- No ser tan perfeccionistas. Uno de los rasgos más característicos de las personas que presentan baja autoestima es que se exigen demasiado a ellos mismos. Hay un refrán que dice que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Cometer errores es uno de los mejores métodos de aprendizaje. Y sin duda, es algo que forma parte de la vida. Los seres humanos nos equivocamos: si aceptamos esto disfrutaremos más de las cosas que realizamos.
- No compararse. Cada persona es única y eso es simplemente maravilloso.
- No generalizar. La baja autoestima es el resultado de distorsiones de nuestros pensamientos. Una de las distorsiones más frecuentes es pensar que porque nos suceda algo negativo o tengamos fallos en algún momento concreto, en ciertos aspectos de nuestra vida, se van a extender a toda ella.
- Proponemos metas. En este aspecto, os recomendamos leer este artículo referente a las SMART GOALS.
Trabajar nuestra autoestima para mejorarla es un proceso que puede resultar largo y complicado a la vez que vital. El otro día me dijeron una frase que me dejó sin palabras, por ser una gran verdad:
“Las personas somos como rosas: todas somos hermosas. No obstante, aquellas que tienen una baja autoestima todavía están en versión “capullo” y no han mostrado todo su esplendor al mundo.»
¡Todos podemos florecer! Empecemos a regarnos a nosotros mismos con confianza y amor.
Claudia Tecglen
Presidenta de Convives con Espasticidad
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Foto: Victor Hanacek