foto autor¿Por qué es importante conocer nuestros derechos? El modelo social es perverso: cuanto más marginal sea la posición social de una persona, mayor será el punto en el que la sociedad puede condicionar su vida. Paradójicamente (bueno, no tanto…tiene su explicación…), los colectivos que se encuentran tradicionalmente en los márgenes de la sociedad, en riesgo de exclusión, tienen un mayor desconocimiento de sus derechos y, por tanto, una mayor vulnerabilidad hacia un imperioso dominio institucional sobre sus vidas.

¿Con esto que quiero decir? Los derechos humanos son un instrumento para que las personas con discapacidad sean las protagonistas de sus propias vidas.  Cuanto más aprendemos sobre nuestros derechos fundamentales, más demandamos un nuevo funcionamiento social.  La educación, el empleo,  el acceso a servicios esenciales, el diseño de productos o de entornos o el ocio son solamente algunos ejemplos en los que las personas con discapacidad se encuentran en una situación de desigualdad. La búsqueda del bienestar no debe ser una aventura individual sino un proceso global de cambio de sistema hacia una sociedad del bienestar, un Estado de Bienestar.

Conocer nuestros derechos nos invita a cuestionarnos las desigualdades sociales, a emprender un viaje colectivo de empoderamiento que nos sirva para tomar conciencia de la actual situación y, de modo alguno, seamos capaces de construir alternativas.

Sin el conocimiento de nuestros derechos podemos llegar a pensar que tenemos lo que nos merecemos. Que la discapacidad es una tragedia personal que nos condena a una vida supeditada a la buena voluntad y ayuda de los demás (familia, amigos, asociaciones, instituciones, gobiernos…).  Desde un punto de vista social, la discapacidad forma parte de la diversidad humana. Y como seres humanos, cualquier colectivo tiene que tener garantizados sus derechos.  Y  los derechos no son una cosa que te tengan que dar, sino algo que no te pueden quitar.

Foto de manos unidas haciendo equipoEl movimiento  social, asociativo, de la discapacidad debe ser un movimiento de lucha. Pero una lucha que esté abanderada por el orgullo de la diversidad humana, de mostrarse ante el mundo despojándose del carácter autoculpabilizador de los problemas. El problema de la discapacidad no está en la naturaleza de lo que llaman discapacidad, de un cuerpo  defectuoso, sino en un sistema social estructurado de tal manera que viola sistemáticamente los derechos humanos del colectivo con total impunidad.

Debemos mirar hacia el futuro, cambiar nuestro propio discurso y poner en valía la dignidad y la libertad de los seres humanos.  Tenemos el valor, la fuerza, la capacidad y el derecho para convertirnos en un poderoso agente de cambio de nuestro propio destino. Convivir con la discapacidad no solamente es posible y deseable sino que debe ser un hecho y un derecho en nuestra sociedad.

Jesús Muyor Rodríguez

Doctor en Trabajo Social

Profesor en el Grado de Trabajo Social de la Universidad de Almería.

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