Como sabemos, los productos y servicios low cost (o de bajo coste) están a la orden del día. Pero con más antigüedad aparecieron en el ámbito de las ayudas técnicas o productos de soporte, quizás uno de los motivos de esta alternativa sea a causa del elevado precio de los productos ortopédicos oficiales.

Este hecho lleva a las familias y usuarios a buscar alternativas de utensilios a menor coste que faciliten la vida y la autonomía de las personas con discapacidad o incluso sin. Porque, ¿quién no necesita alguna ayuda para abrir por ejemplo una lata? Son precisamente estos utensilios que nos ayudan a lo que llamamos ayudas técnicas.

En concreto, las ayudas técnicas se pueden definir como: Dispositivos, utensilios o productos de la tecnología, diseñados y creados que puedan suplir o completar limitaciones funcionales, psicológicas o intelectuales.

Se debe diferenciar de otros términos como:

  • Ortesis: Elemento o dispositivo que ayuda a corregir una deformidad o a suplir una función de una parte del cuerpo. Ejemplo: faja, plantilla zapato, brackets (aparato para los dientes), hierros (corrector de crecimiento de los huesos)
  • Prótesis: elemento que sustituye una parte del cuerpo que se ha perdido por accidente, enfermedad, o bien, porque no lo ha tenido al nacer.

Es precisamente en la definición de ayudas técnicas donde encontramos la clave para poder buscar ayuda en los productos de bajo coste, ya que éstas son productos que ya pueden estar “diseñados y creados”.

Y es que los productos de bajo coste tienen ventajas como:

  • Reusabilidad
  • Adaptabilidad
  • Fusión de varios elementos
  • Precios asequibles

Lo que hace que muchas veces se conviertan en productos creados por las propias personas a partir de la combinación de otros ya comercializados que, adaptados a las necesidades de cada uno, mejoran nuestra autonomía. Dado que cosas tan simples como un clip un poco abierto enganchado a un lápiz, puede facilitar que la propia persona se pueda abrochar y desabrochar los botones. Video

A menudo, las ideas salen de las propias personas que lo necesitan o de las personas más cercanas a ellas y es curioso como lo más simple puede ser de gran utilidad. Por poner un ejemplo, para inclinar el teclado me he pegado 2 topes de puertas. O para ver la hora por la calle me he puesto la esfera de un reloj enganchada con velcro en el mando de la silla de ruedas eléctrica.

Así podríamos seguir nombrando recursos que cuestan poco y en cambio pueden hacer una gran función.

Pero en realidad, ¿de qué manera nos benefician las ayudas técnicas a bajo coste?

  • Facilitan realizar una función o tarea,
  • Lo que fomentan la autonomía de la persona con diversidad funcional,
  • Eso aumenta la autoestima de la misma,
  • Y, por consecuente, mejora su calidad de vida.

Y todo ello gracias a las ideas creativas dadas de las propias necesidades que, muchas veces se vuelven cooperativas, añadiéndose así un beneficio social. Muestra de ello son las jornadas de apoyos a bajo coste que se llevan a cabo a nivel autonómico y nacional o jornadas de los propios usuarios como “la primavera cacharrera” en Barcelona.

¿Os animáis a compartir vuestras ideas? Dejad un comentario.

Vanessa Fuentes

Psicóloga, integradora social, formadora y tecnopedagoga

Web PsicoVan: http://psicovan.hol.es/