La educación es un derecho reconocido por la legislación. El Estado debe garantizar poder acceder y ejercer ese derecho sin ningún obstáculo a todos los ciudadanos, independientemente de nuestras circunstancias.
Sentado esto como base, ¿Podemos las personas con discapacidad ejercer este derecho con todas las garantías? Según datos de un estudio de Fundación Universia de 2014, sólo un 1,3% de los universitarios españoles tienen alguna discapacidad. Las reflexiones e interrogantes que planteo aquí, no sólo parten de mi experiencia personal, sino de los cientos de correos que recibo al respecto y de las lecturas sobre informes y/o artículos que analizan esta cuestión en nuestro país.
¿Por qué es tan importante la educación para las personas con discapacidad?
La educación es importante para todas las personas. Pero como muy bien me decía mi madre, «tú, aunque quieras, no te puedes poner a fregar escaleras» y al igual que yo, otros tantos millones de personas con discapacidad. La educación es la llave, es el comienzo, es la base para poder optar a una vida independiente más aún, cuando se tiene discapacidad. ¿Acaso no tenemos todos derecho a construir nuestra propia vida?
Sin acceso a la educación y a una formación de calidad, el derecho de llevar una vida independiente se convierte en un sueño inalcanzable para muchos de nosotros.
¿Qué obstáculos encontramos a día de hoy las personas con discapacidad en el sistema educativo?
Entre otros muchos:
- Tradición cultural basada en ideas y mitos erróneos. Históricamente, las personas con discapacidad hemos sido estigmatizadas por una sociedad proteccionista que nos ha visto como “necesitados de cuidados”. Nuestra discapacidad puede eclipsar nuestras inmensas capacidades, y quiero aclarar, que con sociedad no sólo me refiero a las personas que no tienen discapacidad sino a nuestros propios familiares y a nosotros mismos que, al final, en muchas ocasiones, interiorizamos ese estigma y nos lo creemos. Quizás, sea éste un factor muy potente para la perpetuación de ese estigma y de esos mitos erróneos. Sólo nosotros, con la colaboración del resto de la sociedad, de las administraciones públicas y de los organismos competentes lograremos acabar con esta gran barrera. ¡Animo, aunque cueste, no es un imposible, cada vez estamos más cerca!
- Falta de información y de formación. Las personas y familias con discapacidad nos encontramos con un sinfín de problemas y de obstáculos que superar en nuestro día a día, la desinformación y la incertidumbre son constantes abrumadoras en nuestra vida cotidiana. Por otro lado, muchas veces, para superar estas dificultades recurriremos a “expertos” en la materia, muchos de ellos grandes profesionales que sí se centran en las capacidades de la persona, otros,sin embargo, se olvidan que cada persona y cada familia es excepcional y única y que todos merecemos que se crea y se potencien nuestras capacidades. ¡¡Las estadísticas están para romperlas!!
- Estructura y modelo educativo centrado en lo normativo y no en la diversidad. Todos los expertos coinciden en que el modelo educativo debe potenciar las capacidades de cada uno de sus alumnos, ofreciéndoles una enseñanza “personalizada” . En la actualidad, esto todavía, es una realidad lejana más aún cuando los alumnos tenemos una discapacidad y necesitamos unos apoyos específicos para poder desarrollar todo nuestro potencial. Es cierto, que durante los primeros niveles educativos la inclusión alcanza tasas muy altas, es decir, muchas personas con discapacidad comienzan sus estudios en centros ordinarios, pero en muchos casos, estos alumnos, pasan a centros de educación especial más adelante.
- La presencialidad como requisito imprescindible en la enseñanza. Aunque parezca mentira, en pleno siglo XXI y en pleno auge de las tecnologías, muchos centros e instituciones consideran que la presencialidad es la única vía de aprendizaje. Entiendo que en ciertas carreras, como medicina, fisioterapia y otras tantas esto sea fundamental. ¿Pero? ¿Es necesario acudir a clase cuando es una odisea en todos los estudios? Pocos son los que conocen la modalidad del CIDEAD (ESO y Bachillerato a distancia). Son contadas las Universidades que ofrecen estudios a distancia y la oferta se reduce drásticamente en los estudios de postgrado. Los másteres universitarios oficiales que se pueden cursan a distancia son escasísimos y en la mayoría de los casos no porque la calidad de la docencia y/o aprendizaje se vean comprometidos, sino porque una vez más se tiende a pensar que sólo existe una única vía. ¿Y qué pasa con los senderos que todavía están sin explorar? ¿Cuánto talento y capacidad queda paralizada por el miedo a conjugar las alternativas?
- La falta de Diseño Universal. ¿Cómo vamos a estudiar si no podemos acudir a los centros de enseñanza? Ya sea por falta de accesibilidad en el transporte público, o porque dentro de los centros nos encontramos con barreras que nos impiden desplazarnos con libertad, aunque sea de formas distintas. ¿Los materiales que se utilizan para la enseñanza, siguen la pauta de Diseño para Todos?, ¿Son siempre las tecnologías accesibles para todas personas? Desgraciadamente, en la inmensa mayoría de ocasiones, la respuesta es NO. Una de las creencias erróneas que debemos cambiar es que la salud es un derecho. No,señores/as, el derecho es la universalización del acceso a la salud. Nadie esta libre de tener una discapacidad y/o enfermedad, Es más, para ser honestos lo más «normal» es que todos o casi todos tengamos al menos una discapacidad o enfermedad a lo largo de nuestra vida. Entonces, ¿No sería más inteligente construir un mundo teniendo en cuenta todas las realidades?
- Inexistencia de cuotas de reserva para personas con discapacidad en estudios de postgrado. Afortunadamente, esta situación está cambiando gracias a la lucha iniciada y liderada por el Cermi Estatal, ¡Gracias! Como todo parece indicar que esto se va resolver en este año, no me quiero extender más. Simplemente me gustaría preguntar a aquellos que piensan que esta medida es un trato de preferencia injusta o una rebaja de las exigencias académicas, lo siguiente: ¿Honestamente, crees que tu nota media sería la misma si tuvieras que compatibilizar tus estudios con cirugías, visitas médicas, fisioterapia diaria, dolores, medicación e incluso trabajo para poder mantener unas terapias que te resultan esenciales? No estamos pidiendo un trato de preferencia, ni quitamos plazas a nadie, solicitamos que se creen otras reservadas teniendo en cuenta que a pesar de todas esas circunstancias y otras muchas hemos demostrado nuestra capacidad de estudiar. La educación, es un derecho. ¿No crees que es de justicia asegurar la igualdad de oportunidades?
- La falta de motivación. Sin querer caer en el “victimismo” nuestros múltiples retos por superar y el de nuestras familias resultan agotadores y tirar la toalla resulta tentador. El apoyo familiar y el afrontamiento son esenciales. Como dijo Pau, uno de los participantes de nuestra Escuela “el secreto esta en las ganas”. Todo empieza por motivación, pero no todo depende de ella.
Antes de acabar, agradecer a la Universidad Europea el que me haya guardado la beca que obtuve para cursar un máster oficial por ser reconocida por los Premios JES. Gracias a mi padre y a mi asistente personal, por el esfuerzo que hacen para llevarme todos los días. Gracias a Bea, mi fisio y a Adrián, mi masajista y a todos mis médicos que me ayudan a combatir las secuelas del esfuerzo de la presencialidad (me estoy dejando los pies), a todo el personal de la uni, y sobre todo a mis supercompañeros, porque siempre me sacan una sonrisa y me tratan como lo que soy: una más del grupo. La educación es mucho más que adquirir conocimientos, te permite conocer a personas extraordinarias.
Yo he tenido mucha suerte, pero la educación no es un privilegio sino un derecho. Por ello pido a todas las personas e instituciones que protejan y luchen por ese derecho, gracias al CERMI por liderar esa lucha. No estamos pidiendo un favor, sino reivindicando un derecho. ¿Te unes a la lucha? ¡¡Gracias, juntos lo lograremos!!
Lectura recomendada:
Artículo del maestro Agustín Huete “Las personas con discapacidad en la escuela. Luces y sombras del sistema educativo” publicado en el número 26 de «Panorama Social».
Claudia Tecglen
Presidenta de Convives con Espasticidad y Psicóloga
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