foto de la autoraSi bien son cada vez más las personas que conocen y solicitan los servicios de los trabajadores sociales, existe un gran desconocimiento general, dado que suelen relacionarse únicamente con los Servicios Sociales.

Existen muchos ámbitos de trabajo en esta profesión. El sector educativo, la salud, los recursos humanos, entre otros, requieren de trabajadores sociales. En este artículo vamos a centrarnos en el trabajo social sanitario, por la importancia que tiene para el desarrollo y bienestar de personas con trastornos, enfermedades o discapacidades, y que se desarrolla de manera pública o privada en centros de salud, hospitales, asociaciones…

Lo primero a saber es que la salud es definida por la Organización Mundial de la Salud como la situación de completo bienestar físico, psíquico y social1, y con esto podemos entender la importancia del/la trabajador/a social sanitario/a, que interviene sobre aquellos aspectos sociales que son causa o consecuencia de un problema de salud. El trabajador social llevará a cabo un trabajo, siempre dentro de un equipo transdisciplinar (profesionales de medicina, enfermería, psicología, educación social, etc.) en el que se facilitará un apoyo a la persona que promoverá su aprendizaje y el desarrollo de sus fortalezas para afrontar una situación determinada.

Pero adentrémonos un poco más. Ante un trastorno, una enfermedad y/o una discapacidad, además de las barreras arquitectónicas de las que se habla más a menudo ¿qué otras dificultades sociales pueden aparecer? Entre otros, los siguientes:

  • El desconocimiento sobre lo que le ocurre a mi cuerpo, la falta de información para afrontar la situación, la ruptura del proyecto vital, que habrá que reconfigurar. Esto puede generar ansiedad y bloqueo.
  • Dificultades familiares: el impacto psicosocial también se da en la familia, (emociones negativas, cambio en los roles dentro del hogar, dificultades escolares en caso de menores, de conciliación laboral y familiar para los cónyuges…)
  • Otras relaciones sociales. Las ya citadas barreras, el miedo al rechazo o el estigma, etc., pueden dificultar que las personas sigan participando de manera plena y sintiéndose parte de la sociedad.
  • Ámbito laboral y económico: Las dificultades para mantener el trabajo, la pérdida de este y por consecuencia, de una fuente de ingresos, dificultades para afrontar gastos derivados de la enfermedad o discapacidad, etc.

Ante dichas posibles situaciones y cuando la persona no está preparada para afrontarlas sola, el trabajador o trabajadora social sanitaria (y siempre teniendo una labor complementaria con el resto del equipo), actuará con el objetivo principal de mantener el bienestar y la calidad de vida.  Para ello llevará a cabo diferentes actuaciones, algunas básicas y otras propias con cada persona, puesto que cada situación es diferente, a pesar de que siempre se siga un procedimiento general. Algunas de ellas serán:

Acogida de la persona, recopilación de información para hacer una valoración y un diagnóstico adecuados, y poder así comenzar a informar y asesorar a cada persona según sus necesidades.

La elaboración del diagnóstico social sanitario es el elemento diferencial de los trabajadores sociales sanitarios2, pues relaciona las características de salud con las circunstancias de cada uno, pudiendo individualizar y ajustarse a la situación particular. Es fundamental en el procedimiento, pues es el centro a partir del cual se planifica la intervención.

Movilización de recursos. No sólo económicos, sino todos aquellos de los que nos podamos valer para afrontar los cambios, como los recursos personales (que hay que sacar a la luz o potenciar), y otros que encontramos en otros profesionales, entidades o grupos de la comunidad, como por ejemplo los servicios de ayuda a domicilio, talleres para familias, grupos de apoyo, actividades de ocio, etc.

dibujos de personas cogidas de la manoEl acompañamiento durante todo el proceso merece mención especial. Aunque parezca trivial, hablar, permitir el desahogo, el apoyo psicosocial, todo lo que se puede dar en una sola entrevista, aunque en esta no existiera asesoramiento o gestión de recursos, ya es una intervención en sí misma, porque permite reflexionar, interiorizar, buscar soluciones, y esto es fundamental para garantizar la autonomía y el derecho a decidir.

Se concluye entonces, que en la lucha por nuestros derechos se han de exigir atenciones completas y de calidad, por lo que es necesario que cuando nos veamos inmersos en una situación que pueda condicionar nuestra salud, o cuando el problema de salud, discapacidad, trastorno determinado aparezca, se tenga en cuenta y se demande la presencia de trabajadores/as sociales sanitarios/as que, junto con el resto del equipo trabajarán y ayudarán a transformar todo lo negativo en positivo, haciéndonos más fuertes y más autónomos para afrontar cambios.

Bibliografía utilizada.

  1. Organización Mundial De La Salud (1978): Alma-Ata 1978. Atención primaria de salud. Informe de la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Alud. Alma-Ata, URSS, 6-12 de septiembre de 1978, Ginebra, Organización Mundial de la Salud. Disponible en https://medicinaysociedad.files.wordpress.com/2011/06/declaracion-de-alma-ata.pdf
  2. Colom, D. El Trabajo Social Sanitario en el marco de la optimización y sostenibilidad del sistema sanitario. Zerbitzuan [Internet]. 2010; pp. 109-119. Disponible en https://goo.gl/sfcbJK

Referencias y libros de interés.

-Colom, D. El Diagnóstico Social Sanitario. Barcelona: UOC; 2012.

-Colom, D. El Trabajo Social Sanitario. Los procedimientos, los protocolos y los procesos. Barcelona: UOC; 2011.

Imagen 2 extraida de: https://pixabay.com/es/juntos-tierra-humanos-tablero-2450090/

María Casado Aceves. 

Trabajadora social especializada en trabajo social sanitario.

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