foto autoraA menudo las personas con discapacidad/espasticidad tendemos a pensar en que dirán, en cómo nos verán… y solemos quedarnos con las miradas o comentarios de menosprecio o lástima, que algunas veces acabamos interiorizando.

Lo que da lugar a una imagen equivocada de nosotros mismos, que puede desembocar en sentimientos de:

  • Inferioridad: “nunca seré como los demás.”
  • Rabia: “¡por qué soy así!”
  • Frustración: “es que me ven tonto/a.”
  • Incluso nos podemos volver introvertidos: “si no salgo, no me dirán nada y no sufriré.”

En ocasiones, nos acabamos viendo como creemos que nos ven, lo cual hace bajar nuestra autoestima sino nos paramos a pensar cómo nos sentimos con nosotros mismos. Es como un circulo que, sin darnos cuenta, caemos en él: “como me ven así, es que seré así.” ¡Error! Esos pensamientos sólo nos hacen caer en el pesimismo y en el victimismo.

Pero pensemos… ¿Qué certeza tenemos que aquello que acabamos de oír es verdaderamente como nos ven? ¿Y en realidad es así como somos?

Pues seguramente esa no sea la realidad, sino que, la mayoría de veces, es creada por la imagen que proyecta nuestra discapacidad. Pero pensemos… si escuchamos: “Ay, pobrecito, yo también tengo un familiar lejano retrasado.”  Seguramente nos ofenderá, reaccionaremos y diremos: “¡Ep, yo no soy retrasado/a!” Ah, y ¿Pobrecito sí?

pizarra donde pone: confía en ti mismoSi nos fijamos, reaccionamos frente al adjetivo más resonante. Si escuchamos: “Que lástima, ¿entiende?”  Nos ofenderá el: “¿entiende?” pero… ¿sientes que das lástima? ¿Verdad que no es esa la realidad? Pues entonces, no todo lo que dicen de nosotros, es verdaderamente como somos.

Es bueno observarnos, pensar en lo que hacemos, en lo que somos capaces de hacer y lo que queremos ser y hacer. Porque sólo nosotros podemos crear lo que somos, nuestra personalidad, al margen de lo que aparente nuestra discapacidad y las supuestas limitaciones que con ella nos acompañan.

Una imagen real propia nos ayudará a:

  • Tener una mayor autoestima.
  • Superarnos día a día.
  • No afectarnos los prejuicios externos.
  • Querernos tal como somos.

Sólo así seremos lo que queremos ser.

Puedo ser como cada cual me ve, pero sin ser lo que no soy.

Vanessa Fuentes

Psicóloga, integradora social, formadora y tecnopedagoga

Web PsicoVan