Foto Antonio Yusta IzquierdoHace unas semanas nos levantábamos con la noticia de que Luke Perry, Dylan en sensación de vivir moría de una hemorragia cerebral masiva. este tipo de hemorragias suelen causar en los supervivientes espasticidad. Por ello, pedimos al Dr Yusta Izquierdo, uno de nuestros neurólogos que redactará este artículo aclarando algunas cuestiones sobre el derrame cerebral.

La hemorragia cerebral es la acumulación de sangre en el cerebro o entre el cerebro y el cráneo. Constituye el 20% de los accidentes cerebrovasculares, de los ictus. El 80% es de causa isquémica. La hemorragia cerebral, aun hoy, produce una mortalidad importante en los pacientes y una discapacidad severa en los supervivientes.

La causa más importante es la hipertensión arterial. La tensión arterial alta mal controlada va a producir un debilitamiento de la parte de los vasos cerebrales que en un momento determinado se pueden romper y producir la hemorragia intracerebral.
Otras causas de hemorragia cerebral menos frecuentes van a ser las malformaciones arteriovenosas (vasos malformados desde el nacimientos que se rompen con mucha facilidad), los aneurismas cerebrales (dilatación de la pared de una arteria cerebral por debilitamiento de dicha pared), los traumatismos craneo-encefálicos, enfermedades de la sangre que alteran la coagulación, la toma de anticoagulantes (Sintrom) y el depósito de una sustancia en la pared de los vasos que se llama amiloide que debilita la pared de los vasos y produce la llamada angiopatía amiloide (más frecuente en ancianos).

La clínica se puede parecer a la del infarto cerebral, pero en la hemorragia predomina, a parte del déficit neurológico(pérdida de fuerza, desviación de la boca, alteración sensitiva, etc..), el dolor de cabeza que puede ser muy intenso, la pérdida de conciencia y las cifras de tensión arterial muy elevadas (mayores incluso que las que tiene de base la persona que las padece).

Los síntomas van a depender de donde se localice la hemorragia cerebral. El comienzo es brusco, acompañado de un fuerte dolor de cabeza y, muy frecuentemente, de pérdida de conciencia. Ante estos síntomas se tendrá que llamar rápidamente a los Servicios de Urgencia para que sea trasladado el enfermo a un centro hospitalario para confirmar el diagnóstico mediante una tomografía axial computerizada (TAC).

El tratamiento posterior se basará en disminuir el aumento de la presión que se produce dentro del cerebro por la hemorragia y en evitar que la hemorragia aumente de tamaño y que el cerebro vuelva a sangrar.
Si la hemorragia cerebral es de un volumen importante y está localizada en los hemisferios cerebrales, se pude intentar evacuar el hematoma mediante procedimientos neuroquirúrgicos. Si la causa en una malformación o un aneurisma, hay técnicas que pueden embolizar dichas lesiones mediante colocación de materiales que producen el cierre de dichas estructuras.

En los casos de enfermedades de la sangre que produce una falta de coagulación de la sangre (coagulopatías) se intentará dar lo que falta para que se corrija dicho error de la coagulación. Si esta alteración es producida por un fármaco (Sintrom) se deberá de dar un antídoto para revertir la acción de este tratamiento.
Una vez que el paciente está estable y controlada su tensión arterial es importante que se inicie el proceso de rehabilitación, para intentar recupera las habilidades funcionales que se tenía antes de sufrir la hemorragia cerebral.

Es muy frecuente la aparición de espasticidad después de una hemorragia cerebral. Esta espasticidad se deberá de tratar dependiendo de lo que altere estas actividades funcionales del individuo. Si abarca a un hemicuperpo se utilizarán fármacos como (baclofén, diazepam, etc..). también se podrá utilizar la inyección e toxina botulínica para mejorar la calidad de vida, la movilidad y el dolor, de las extremidades espásticas afectadas.

Pero lo más fundamental es la prevención de los factores que facilitan las hemorragias cerebrales. El más importante y el más frecuente va a ser la hipertensión arterial. En más del 80% de las hemorragias dentro del cerebro va a estar implicada la falta de control de la tensión arterial. Una dieta baja en sal, una alimentación adecuada, un ejercicio físico habitual, control adecuado del exceso de peso, no beber alcohol y el no consumo de drogas como la cocaína; van a ser factores que hacen disminuir el riesgo de sufrir una hemorragia cerebral y las consecuencias tan devastadoras que tienen para la persona que la padece.

Dr. Antonio Yusta Izquierdo
Neurólogo. Unidad de Daño Cerebral
Instituto de Enfermedades Neurológicas de Castilla La Mancha