Foto Dario FernándezLa masa de nuestro cerebro supone casi el 3% de lo que pesamos, pero para su complejo funcionamiento consume el 20% de la energía que utilizamos a diario. Más del 50% de esta energía la necesita preferentemente en forma de glucosa pura que la extrae de los hidratos de carbono. La neurona cerebral es muy sensible a la falta de glucosa. Si ésta baja mucho, como en el caso de las hipoglucemias, nos mareamos, perdemos el conocimiento y podemos entrar en el llamado como hipoglucémico. Dos elementos energéticos fundamentales necesita el cerebro: oxígeno que lo obtiene de la respiración y glucosa de la alimentación. Los dos han de entrar dentro de la célula para que funcione y para ello necesitan de unos vasos sanguíneos bien dilatados y a una presión arterial que aporte el riego necesario. Estos son los requerimientos energéticos pero también necesita de otros nutrientes. Unos que aseguren el riego cerebral evitando la inflamación y contracción de las paredes de las arterias que los riegan y otros que disminuyan el estrés oxidativo de las neuronas, son los flavonoides y los antioxidantes. Imprescindibles las vitaminas E, todas las del grupo B y los minerales, magnesio, calcio hierro. Y muy importante el potasio.

Pero, hablando en cristiano, ¿En qué alimentos se encuentra todos estos nutrientes?

 

comida de colores variados

Debes comer en colores:

En el pimiento rojo encontrarás mayor concentración de vitamina C, un excelente antioxidante y también en los amarillos limones y en las naranjas. Los frutos rojos del bosque, arándanos, moras, fresas, grosellas, son todo un chute de antioxidantes polifenoles que te protegerán frente al estrés oxidativo cerebral. El tomate rojo, una de las hortalizas que más vitamina C aporta, un potente antioxidante todo natural.  Además, su contenido en vitamina K previene problemas de coagulación y el potasio que aporta controla el nivel de tensión de las arterias cerebrales. Muy importante para prevenir el ictus.

Cualquier verdura verde protegerá tu cerebro, pero el brócoli viene cargado a tope de antioxidantes, y de ácido fólico. Y las espinacas, los espárragos y la col rizada, son excelentes.Y el té verde que es la mejor infusión para tu cerebro. Es un sabroso sedante y relajante que favorece la formación de dopamina en tu cerebro que te inundará de sensaciones de bienestar y tranquilidad.

Los pescados azules son un tesoro atiborrado de ácidos grasos omega 3, alimento fundamental para el funcionamiento de las neuronas cerebrales. Aportan grasa de la buena y previenen de las placas de colesterol que pueden obstruir tu circulación arterial cerebral. Dispones de todo el mar al servicio de tu cerebro: atún, sardinas, caballa, salmón, bonito, arenque y la anchoa

El chocolate negro, cuanto más “morenito” mejor, con un mínimo de cacao del 75%. ¡Qué rico! Y está lleno de flavonoides que son unos fenomenales neuroprotectores. También aporta potasio, hierro y magnesio  y libera endorfinas que elevan el estado de ánimo.

Los frutos secos marrones del otoño, nueces, almendras y sobre todo los pistachos que son los que más flavonoides antioxidantes contienen. El efecto de éstos llega hasta áreas del hipocampo, lo más profundo del cerebro. Facilitan de esta medo el aprendizaje y la memoria. Y lo más importante, potencian la neurogénesis, nada menos que el nacimiento de nuevas neuronas y también mejoran el flujo sanguíneo cerebral. Y también estos frutos secos de temporada incrementan la fase REM (movimientos oculares rápidos) del sueño, la del sueño más profundo y reparador, la que más descansa a nuestro cerebro. En esta fase se fija la memoria y se “resetea” el cerebro descargándole de “chatarra”: contenidos y memoria de baja utilidad.

Pero  existen colores prohibidos. Las carnes rojas, suben el colesterol. Repentinamente pueden atascar las arterias cerebrales y producir un trombo. Hasta en un 48% elevan la probabilidad de padecer un accidente cerebrovascular. Ya sabes, la carne roja, como el semáforo. No te pases de más de dos veces por semana. Tu cerebro come lo que tú comes. Tu cerebro, lo primero.

Dr. Darío Fernández Delgado
Médico de familia, psicólogo clínico y logopeda
Facebook de Darío Fernández Delgado