Hay mucha gente que piensa que comer sano es aburrido, monótono o hacerlo a bases de alimentos light. Otros identifican el comer bien en estas fiestas con una mesa repleta de alimentos muy elaborados, sebosos guisos y en la que no pueden faltar los dulces. Están equivocados. Es posible disfrutar de la comida estas fiestas sin necesidad de empachos, atracones ni indigestiones. A continuación, te planteo cinco errores a evitar.
- Se come lo que se compra. Así es que no hagas la compra con hambre. Múltiples estudios lo han demostrado: se echa más a la cesta cuando el estómago está vacío y, lo que es más dañino, se eligen más alimentos de alto contenido calórico, azúcares y grasas saturadas. ¡Qué curioso, los más sabrosos! El estómago vacío “saliva” jugos gástricos sólo con verlos en la estantería del mercado.
- Los dulces lejos del alcance de las manos. No coloques la bandeja de turrones, mazapanes y compañía en lugares de paso en la casa. Ni hagas una “exposi-invito-tentación permanente” dejando los dulces en la mesa frente a la tele.
- No te saltes la primera fase de la digestión, la masticación. No comas deprisa. Saborea, paladea y disfruta. Embadurna de saliva los alimentos. Es el primer enzima digestivo. Y muélelos con las muelas. Déjaselos bien trituraditos a tu estómago para que cuando caigan en él, ya esté la digestión medio hecha. Así te ahorraras una digestión pesada. Piensa en tu estómago: es una tripa sin dientes ni muelas, que a base de dar vueltas y más vueltas ha de reducir a papilla los trozos que tú no has masticado en tu boca. Si te resulta pesada la digestión, duradera, es porque alguien no ha hecho su trabajo más arriba. Además, si comes rápido tragas aire. Tu estómago se distiende y te pasará factura con una molesta distensión abdominal e ineficaces eruptos.
- No te saltes la comida con la escusa de que vas a cenar mucho. No te reserves para la cena. Te va a suceder todo lo contrario. Acudes con mucha hambre y sólo con los entrantes, surtidos de ibéricos, cargaditos de grasas, te llenas de calorías. Terminas comiendo más. Te recomiendo que no solo no te saltes la comida si no que meriendes algo antes de acudir a la cena familiar.
- Fiarse de las ensaladas sin fijarse en sus aderezos, en sus acompañantes. Pueden estar llenos de calorías y grasas. Las aceitunas, mayonesa, bacon, queso y las uvas pasas aportan muchas calorías. ¡Ah! Si después de una inocente ensalada sientes incómodos gases y vientre inflado, puede ser por la lechuga. Tu estómago no procesa la gran cantidad de fibra de esta verdura. Y mucho cuidado las personas que toman Sintrom con las verduras de hoja verde: brócoli, repollo, espinacas y lechuga. Aportan mucha vitamina K que puede alterar la coagulación. El Sintrom “se desajusta”
Pero también puedes servirte de los siguientes “trucos culinarios” para disfrutar de la comida estas fiestas sin indigestiones.
- Los patés que sean vegetales. Muy fáciles de preparar: mezcla queso cremoso ligero con diferentes vegetales triturados cocidos y añada, como emulsionante, una clara de huevo. Y ya está. Es bajísimo en caloría y riquísimo en vitaminas.
- Elegir un buen turrón bajo en calorías. Aquí tienes la lista que te va a sorprender. Turrón duro 115 calorías, de yema tostada 100 calorías. Turrón de chocolate tradicional 90 calorías. Seguro que habías pensado mal del chocolate. Además, es el más nutritivo por su elevado contenido en polifenoles, antioxidantes que bajan el colesterol malo ¡Y suben el bueno! ¡Y encima está tan rico!
- La sartén escondida toda la navidad. El microondas y el horno mandan. Aquí los alimentos se cuecen en su propio jugo. No se añaden aceites. Por cada 100 gramos de carne tu microondas te ahorra 100 calorías.
- Los mariscos también tienen colesterol. El que más las gambas, cigalas y langostinos tienen 200 mg. Por cada 100 gramos. Pero son sinceros: acumulan el colesterol en su cabeza, porque allí albergan su aparato digestivo. Chupetear las cabezas es tragarse un sorbete de colesterol. Come de la gamba todo, menos su cabeza. Ahí no encontrarás nada más que porquería. Prepárate un rico cocktail de gambas “descabezadas”. Eso sí, sin mayonesa. Hay un cefalópodo muy sabroso y muy socorrido, que también es muy “rico” en colesterol, también 200mg por cada 100 gramos, el calamar. Y si además se le adereza con rebozado de huevo y luego se le pasa una untada de mayonesas, casi se duplica la dosis de colesterol. Si quiere comer marisco a bajas dosis de colesterol, el pulpo que casi no llega a los 50 gramos de colesterol por cada 100 gramos. Así es que si, si puede elegir ración, “que te den la del pulpo”.
- Por último, para los que están a dieta, que no tiene que privarse de alimentos sabrosos, los siguientes sustitutos. Si el problema es la cifra elevada de ácido úrico, las cerezas, las manzanas y el sorbete de limón, son las frutas a elegir. Facilitan la su eliminación Si es el colesterol, para no privarse de los huevos, se pueden tomar rellenos de atún, eso sí, vaciada la yema. Es que ahí es donde el huevo acumula su colesterol. Los diabéticos, que disfruten del brindis. Hay licores de manzana y melocotón sin azúcar ni colesterol.
Recordad, todas las personas debemos cuidar nuestra alimentación y evitar los atracones a calorías más si caben las personas con movilidad reducida
¡Cinco errores y cinco para que todo disfrutemos de unas cenas sabrosas y digestas!
Dr. Darío Fernández Delgado
Médico de familia, psicólogo clínico y logopeda
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